San Pedro es el nombre de dos localidades argentinas de la provincia de Catamarca:
San Pedro, localidad del Departamento Santa Rosa, extendida hacia la provincia de Santiago del Estero.
San Pedro, localidad del Departamento Capayán.
En San Pedro de la localidad del Departamento Capayán, se encuentra al pie de la falda sudoeste de la Sierra de Ambato, se puede acceder desde la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca por Ruta Nacional 38 hasta la localidad de Capayán, y después desviarse hacia la derecha por un camino rural hasta San Pedro.
Esta localidad está habitada por un total de 372 habitantes, lo establecido por los resultados obtenidos en el censo del año 2010, más que en el censo anterior.
La sismicidad de la región es frecuente y de intensidad baja, y siendo de medios a graves cada 30 años en áreas aleatorias, sus últimas expresiones fueron:
El 21 de octubre de 1966 (53 años)
El 3 de noviembre de 1973 (46 años)
El 7 de septiembre de 2004 (15 años)
En San Pedro de Guasayán, que se ubica en el límite de las provincias de Santiago del Estero y de Catamarca, Argentina, se localiza el 70 % de la población y es la cabecera del departamento Guasayán, del lado catamarqueño se encuentra en el departamento Santa Rosa.
Anteriormente estaba habitado por la parcialidad diaguita de los huasanes, nombre que en cacán significaba «seres humanos”, esto antes de que llegarán los españoles, es decir, los miembros de esta etnia consideraban posiblemente ser «los humanos por antonomasia». Guasayán significa, entonces «Tierra de los Huasanes», o en español, «Tierra de los humanos».
Cuenta con 2827 habitantes según los resulados obtenidos en el censo del año 2010, de los cuales, 1997 habitantes correspondían al sector de Santiago del Estero y 830 habitantes a Catamarca.
En la Economía de San Pedro (Santa Rosa)
La actividad agropecuaria, hay dos sectores diferenciados:
La primera, los pequeños productores: cuentan con 3 hectáreas, como mínimo y no más de 20 hectáreas desmontadas, donde realizan monocultivo de maíz y algunas cucurbitáceas para el consumo interno. La mayoría contratan el servicio para realizar labranza, y la siembra del maíz, por lo general se efectúa al boleo, con resultados muy bajos. El resto de las hectáreas está destinada a la ganadería extensiva, siendo esta superficie degradado con una baja receptividad ganadera, atrayendo graves problemas de alimentación sobre todo en la estación invernal, ya que no se practica ninguna forma de reserva alguna.
La segunda, los medianos productores empobrecidos: cuentan con una superficie mínima de 20 hectáreas, a veces a un máximo de 100 hectáreas, con característica: explotación de tipo familiar; arriendan a terceros por falta de capital y alto deterioro de sus maquinarias, que generalmente realizan monocultivo de soja esta no es una alternativa sustentable para estos sistemas productivos, siendo un cultivo muy extractivo y que en pocos años termina con la fertilidad de los lotes sometido a estas prácticas, en causan bajos rendimientos y suelos degradados, expuestos a las erosiones hídricas y eólica. La incorporación de éstos a un programa sería muy importante por su dinámica y empuje, que operarían como propulsores de los procesos productivos; poniendo el eje principal la cría de ganado vacuno, caprino, porcino y la siembra de pastizales en desmontes selectivos, cultivos de cereales, leguminosos, oleaginosos.
Cría de ganado caprino en San Pedro
La cría extensiva es una actividad tradicional para una gran parte de pequeños productores, donde los conocimientos prácticos se transfieren de generación en generación, que por la situación y las exigencias del mercado, es necesario adecuar sistemas productivos tecnificados para el mejoramiento de la producción de carne y leche; bajo el manejo de un sistema silvopastoril.