Campo de Herrera es una localidad argentina ubicada en el Departamento Famaillá de la Provincia de Tucumán. Se encuentra ubicada al Norte de Famaillá, sobre la Ruta Provincial 322, entre la Ruta Nacional 38 y la localidad de Bella Vista.
«La Cooperativa Trabajadores Unidos de Trabajo Agropecuario Limitada», nació como una cooperativa de trabajo, en la localidad de Campo de Herrera, conformada por los trabajadores del cerrado ingenio de Bella Vista. Trabajan unas 2 mil hectáreas de cultivos, entre ellos caña de azúcar, frutilla y cítricos, así como también ladrillos. La cooperativa de trabajo es tomada como modelo a nivel internacional. La cooperativa cuenta con una cámara frigorífica y espera poder exportar su producción.
Historia de Campo de Herrera
En el año 1966, durante la dictadura dirigida por el general Juan Carlos Ongania, se cerraron una serie de ingenios azucareros en la provincia de Tucumán, en el noroeste argentino, como, por ejemplo, el ex ingenio “Bella Vista”, que se transformó en la Cooperativa de Trabajadores Unidos Campo de Herrera, la primera experiencia de una cooperativa agropecuaria de trabajo del país.
El surgimiento y trayectoria de esta cooperativa, en la localidad de Famaillá, tuvo como interviniente fundamental al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el primero dedicado a la investigación y extensión rural de toda América Latina, el mismo recomendó que las tierras, en vez de ser divididas y otorgadas como indemnización a los trabajadores del ingenio, que sean explotadas colectivamente, por eso un antropólogo y un equipo de técnicos, cuando en pleno estallido político y social en la década del año 1970 integraron un equipo que construyo un lazo fundamental en la vida de la cooperativa, que luego llevó a analizar la trayectoria de esta experiencia, desde su surgimiento hasta el desmantelamiento del equipo de trabajo, producido en el marco de un ciclo represivo de larga duración, a partir de documentos institucionales, materiales de investigación y entrevistas.
Los protagonistas más importantes de esta historia, en esta localidad de Campo de Herrera, fueron y continúan siendo, los trabajadores que integraron la cooperativa. Sin perder de vista esta dimensión, ni la variedad de trayectorias productivas existentes entre los cañeros.
El paisaje al costado de la ruta está compuesto por cañaverales en todas las etapas de su ciclo vital, como plantas altas para ser cosechadas, otras más pequeñas, al parecer, sembradas ya mucho antes y las ya trozadas por las máquinas cosechadoras.
Después a unos kilómetros, la caña de azúcar cede tierra a los limoneros, con un color verde intenso y amarillo son los colores de esta nueva postal, también un cartel cubierto de óxido apenas deja saber cuál es aquel paraje tucumano. Las letras, dejan leer que dice Campo de Herrera, y nace el pueblo, un caserío humilde con techos de chapas levantado a lo largo de un par de kilómetros.
Campo de Herrera, con aproximadamente unos dos mil habitantes, es como cualquier pueblo tucumano, tiene la caña de azúcar, otras plantaciones como cítricos y frutillas, gente que va y viene en bicicleta, calles de tierra, aunque la historia del pueblo, ubicado a unos 40 kilómetros de la capital provincial, es el relato de un experimento inédito; no hay intendente ni delegado comunal, que hace más de 20 años, la gente de Campo de Herrera pidió que la policía dejara el pueblo y sus habitantes están asociados en una cooperativa agropecuaria que se hace cargo, por ejemplo, de la recolección de basura, el alumbrado público y la provisión de agua, por tal motivo, el trabajo comunitario sostiene a Campo de Herrera.