Ubicación: provincia de Entre Ríos, sobre la margen occidental del río Uruguay, a media distancia entre las ciudades de Colón (54 km) y Concordia (60 km).
Superficie: 8.500 hectáreas.
Creación: fue creado en el año 1966 con el objeto de conservar un sector representativo de los palmares de yatay.
Flora: Palmeras yatay, petunias silvestres, chilcas, aromos, ñandubay.
Fauna: Pajaros carpinteros, ñandues, inambú o perdiz sudamericana, zorro de monte, cacholote castaño, cotorras, lagartos overos, vizcachas.
Flora: El paisaje característico de este Parque es un mosaico de palmares, pastizales y bosquecillos, interrumpidos por pajonales y sectores de la selva en galería que acompaña los cursos de agua.
Presenta un relieve suavemente ondulado, con arroyos de poco caudal que lo surcan de oeste a este, desembocando en el río Uruguay.
Sobre las márgenes del río Uruguay y de los arroyos, se desarrolla la selva en galería que presenta una vegetación tupida, integrada por mataojos y mirtáceas como el guayabo colorado cuya corteza -característica general de la familia- es lisa y se siente fria al tacto. Aves típicas de estas selvas son los arañeros, como el silbador cuyo canto se escucha con suma frecuencia.
El palmar de yatay es la formación característica de este Parque. Está constituido por esta elegante palmera, creciendo en parches de diferente densidad y con ejemplares de edades homogéneas. Por debajo se aprecia un estrato continuo de hierbas, con muchas especies notables por la belleza de sus flores, por ejemplo petunias silvestres y margaritas de diverso tipo. Algunos sectores están cubiertos por arbustales de chilcas.
Fauna:Dentro de la fauna del palmar se destacan los pájaros carpinteros como el campestre, el real con visible nuca roja y el blanco, al cual es posible observar en pequeños grupos que emiten característicos reclamos en vuelo. Entre los altos pastos se pueden observar grupos de ñandúes y ejemplares aislados de coloradas, un inambú o perdiz sudamericana. El zorro de monte, mamífero bastante dócil, se deja ver durante algunas temporadas en los caminos del Palmar.
Cerca del río Uruguay hay una variable faja de bosques semixerófilos con aromos y ñandubay. Este es el hábitat del cacholote castaño, un pájaro pariente del hornero que construye complejos y voluminosos nidos de ramitas y palitos. También se dejan ver en esta zona, y en particular cerca del campamento, las bulliciosas cotorras que hacen grandes nidos comunales con ramas espinosas, donde cada pareja tiene un cubículo propio. Estos nidos pueden incluir hasta 20 compartimientos, superar los 2 metros de diámetro y pesar más de 200 kilos.
Durante el día, en las épocas de más calor, los lagartos overos salen de sus cuevas para asolearse en los mismos sitios que por la noche tienen a las vizcachas como principales protagonistas, como se puede observar junto al campamento, ubicado en estos bosques.
Uno de los graves problemas de manejo que tiene este Parque, es la presencia de especies exóticas (oriundas de otras regiones naturales). Por ejemplo, el jabalí europeo causa graves daños a la naturaleza local, destruyendo nidos de aves, consumiendo renovales de plantas autóctonas y «arando» los pastizales naturales con sus hocicadas. El paraíso, un conocido árbol ornamental originario de Asia, se ha difundido rápidamente sobre los montes naturales, amenazando cambiar el paisaje original del área.
Palmeras e incendios
Es necesario hacer varias matizaciones ya que las palmeras, como monocotiledóneas que son, no son árboles propiamente dicho, sino más bien hierbas y por tanto, las palmeras no tienen troncos como otros árboles, es decir, no desarrollan madera con anillos que cuentan sus años, sino que generalmente tienen troncos llenos de pequeños conductos filamentosos semejantes a la fibra o a pequeñas venas que le dotan de un tejido mucho más suave que la madera y que la hace mucho más flexible que un árbol, lo que le permite doblarse sin problemas en tormentas huracanadas. Así, no es de extrañar que después de aun huracán, si queda algún árbol en pie, lo más probable es que sean palmeras.
Las palmeras, por tanto, poseen un falso tronco denominado correctamente estípite o estipe, generalmente solitario y no ramificado a excepción de la Hyphaene thebaica y Nypa, los cuales se ramifican dicotónicamente. Hay sin embargo palmeras multicaules con varios troncos; otras producen hijuelos en su base y acaban formando pequeños bosquecillos.
La savia de la palmera circula principalmente por la parte interna del estípite, al contrario que los árboles, proporcionando una mayor resistencia al fuego, pero por el contrario son incapaces de regenerar los tejidos externos y así no pueden cicatrizar sus heridas como sucede en los árboles.
Recibirás noticias y ofertas de Argentina