Paraná se erige orgullosa sobre escarpadas barrancas, ostentando una ensoñada geografía producto de la acción del río que mira y la mira. Naturaleza adivinada en cada rincón y promesa de recreación en todo momento, invita a conocer su compleja propuesta turística del centro urbano a la ribera y desde el campo a la isla.
Apariencias variadas, estilos arquitectónicos propios de las más diversas épocas, gran oferta de actividades artísticas, importantes comercios e industrias, múltiples áreas deportivas, apacible ritmo diurno, entretenida vida nocturna, exquisiteces de la gastronomía, alojamiento para las diferentes preferencias, y todas las ventajas turísticas deudoras de su ubicación junto al río, hacen de Paraná un espacio excepcional.
Se encuentra a orillas del río homónimo del cual toma su nombre; 470 km la separan de Buenos Aires, capital federal del país y unos 25 km de la vecina ciudad de Santa Fe con la cual está comunicada a través del túnel subfluvial Raúl Uranga-Carlos Sylvestre Begnis (ex «Hernandarias»).
Entre la festividades más populares se encuentran la Fiesta Provincial de los Reyes Magos, el Festival «Sabores del Litoral» y la Fiesta Nacional del Mate.
Paraná se encuentra ubicada al oeste de la Entre Ríos, sobre la margen izquierda del Río Paraná, frente a la ciudad de Santa Fe.
Entre la festividades más populares se encuentran la Fiesta Provincial de los Reyes Magos, el Festival «Sabores del Litoral» y la Fiesta Nacional del Mate.La ciudad surgió en el siglo XVII cuando vecinos de Santa Fe se establecieron en la otra orilla del río Paraná. La población del lugar fue desarrollándose lentamente adquiriendo cierto acrecentamiento, tanto en la zona ribereña cercano al antiguo desembarcadero, como en los campos que se extendían bordeando el río Paraná, sin que se realizarán las ceremonias acostumbradas al fundarse una ciudad hispana; no hubo elección previa del terreno, careció del rollo de la justicia y del acta fundacional; pero las condiciones eran propicias para el poblamiento; había abundante ganado cimarrón, el suelo era fértil, no faltaba agua, ni leña y por el momento se mantenía una relativa paz con los pueblos originarios. Los primeros pobladores llamaron al lugar con el nombre escrito en grafía castellana usada hasta el siglo XIX como Baxada del Paraná y actualmente en el mismo idioma tal como suena: Bajada del Paraná.
El relieve entrerriano presenta un paisaje de llanura sedimentaria originado en la erosión, levemente ondulada, de alturas no superiores a los 100 metros. Estas alturas, mal llamadas cuchillas, son en realidad lomadas que constituyen una prolongación del relieve de Corrientes y que al ingresar a la provincia se divide en dos brazos: el occidental o de Montiel, de dirección sudoeste y que llega hasta las cercanías del arroyo Hernandarias y el brazo oriental o Grande, que desde el sudeste llega hasta el sur del departamento Uruguay. Estas lomadas determinan la divisoria de aguas: las pendientes hacia el río Paraná y hacia los ríos Uruguay y Gualeguay.
Paraná posee un clima pampeano, con una temperatura promedio de 18 °C (anual) y un total anual de precipitaciones que no supera los 1.250 mm.
En el verano la temperatura promedio de la ciudad es de 23 °C, con picos máximos de 37 y mínimos de 10 °C, con un nivel medio de precipitaciones (promedio estacional de 400 mm).
En invierno la temperatura llega a descender por debajo de los 0 °C provocando heladas, con máximas de 18 y mínimas de 5 °C, con bajas precipitaciones (promedio estacional de 100 mm). La humedad relativa promedio anual es del 73%.
Paraná es sede del gobierno de la provincia, siendo esta es su principal actividad. Sin embargo cuenta con un importante parque industrial y fábrica de lácteos, envases, alimento para animales, jugos y maderas. También es un centro turístico y de convenciones.
La zona cuenta además con una actividad agrícola ganadera de importancia, siendo los principales cultivos el trigo, el maíz el girasol y la soja. Existen también numerosos establecimientos ganaderos. Favorecida por el agua a poca profundidad, suelos arenosos y la facilidad de conexión con el gran mercado de Buenos Aires, es un zona con un destacado desarrollo hortícola y otras actividades en menor escala como la frutilla y hongos champignones.
En cuanto a la arquitectura, la ciudad posee una mezcla edificios de numerosas épocas y estilos. Entre ellos se destacan las líneas europeas en edificios públicos de principio de siglo, como así también ecléctico italiano, renacentista italiano y la imponente Iglesia Catedral que conjuga desde el eclecticismo al renacentista hasta el barroco americano.
Debido a que la ciudad se eleva a aproximadamente 50 metros de altura sobre el nivel del río Paraná, se obtienen hermosas vistas de sus escarpadas barrancas, regalando una caprichosa geografía. La naturaleza se descubre a cada paso ofreciendo una compleja propuesta turística que no se agota en el centro urbano, sino que alcanza a la ribera, el campo y las islas.
Tres importantes parques sintetizan la apuesta a un entorno natural y un cuidado de la naturaleza que viven como propio cada uno de sus habitantes. En este marco, el más importante y antiguo es el Parque Urquiza, que comunica la ribera baja del río con la ciudad. Como una extensión del mismo se encuentra el “Parque Nuevo” y a 5 km el Parque de la Costa, una nueva apuesta al entorno natural, que incluye senderos que se internan en la espesura del monte.
Por otra parte sus playas sobre el río Paraná son otro de los puntos turísticos fuertes más concurridos, a los que se suma una siempre activa peatonal ubicada en el centro de la ciudad, y en torno a la cual gira la actividad comercial.
Paraná combina las ventajas turísticas que ofrece su ubicación junto al río, entre ellas: paseos, golf, deportes náuticos, pesca deportiva, cabalgatas, ecoturismo, turismo rural, avistaje de aves, safaris fotográficos, entre otros. La gran belleza natural de su entorno confieren a Paraná las características de un creciente polo turístico, elegida no sólo por turistas argentinos.
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Fue una ciudad cosmopolita, debido a la gran cantidad de inmigrantes principalmente italianos y españoles arribados entre el último cuarto del siglo XIX y el primer cuarto del siglo pasado, y aunque ciertas minorías de inmigrantes de otros orígenes, como ser árabes o franceses, se radicaron en aquellos tiempos aquí, la mayoría de los mendocinos, como casi todos los argentinos, proceden de la confluencia de españoles, italianos e indígenas. En la actualidad hay un número considerable de inmigrantes de países de la región como Bolivia, Chile, Paraguay y Perú.
137 Km²
Entre sus atractivos característicos prevalecen ineludibles la renovada Avenida Costanera, el siempre encantador Parque Urquiza, el Puerto en sus distintas acepciones, la imponente Catedral y el solemne Teatro 3 de Febrero. Paseos, golf, deportes náuticos, pesca deportiva, cabalgatas, ecoturismo, turismo rural, avistaje de aves, safaris fotográficos, cruce a la isla, destacan entre sus alternativas.
En Villa de las Rosas y todo traslasierra se disfruta de un paisaje imponente, lugares soñados para descansar, muy buena comida, precios aptos y la hospitalidad y cordialidad de su gente no tiene comparación
Muy buen lugar, muy cuidado en todos sus detalles, en la naturaleza, ideal para el descanso y actividades grupales. Cerca de lugares de interés turisticos
Es espectacular por donde se lo mire! No tiene grandes lujos, El lugar donde esta implementado es un lujo natural en si mismo. Tiene una Gran historia. Lo he disfrutado desde pequeña y le tengo mucho cariño. Es MI lugar en el mundo.
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