La muy difundida palabra «guaraní» la escucharon los españoles que, al invadir su territorio, habrían oído, entre los gritos de guerra de este pueblo, la frase guará-ny, que significa «combatid-los». Por otra parte el nombre dada significa en guaraní «guerrero», ava que significa «hombre» y se pronuncia en forma grave entre los chiriguanos (ava guaraníes).
Los guaranies hablan el idioma guaraní y dialectos que pertenecen a la familia Tupí-guaraní.
El guaraní paraguayo es con unión del idioma español la lengua oficial de la República de Paraguay, y el guaraní correntino, junto con el español en la provincia de Corrientes, en Argentina.
Otra característica de este idioma, es que después del latín es el más utilizado en la catalogación de flora y fauna, hecho este debido a que el aborigen era un muy buen conocedor de su hábitat, lo cual favoreció a los naturalistas al momento de catalogar flora y fauna. «El guaraní es después del latín, según autorizadas opiniones, el idioma que ha dado mayor número de palabras a las ciencias naturales. Y el número de «americanismos» es tal, que el escritor rioplatense, Dr. Benjamín Solari, ha afirmado que hablamos guaraní sin saberlo»
La mezcla del idioma avá ñe’é, la lengua del hombre en guaraní (denominación similar a la del quichua, Runa-Simi la lengua del hombre), con el castellano es conocido en Paraguay como una tercera lengua llamada yopará o jehe’a/yejé’á, otra cosa que podemos destacar de esta lengua es, que posee 6 vocales orales, siendo como en el castellano: a, e, i, o, u más la 6.ª que es de pronunciación natural, actualmente al ser dotada de grafía, este sonido es representado en la gramática oficial del paraguay por la letra Y, (hay otra forma de grafía que utiliza la letra I, más la crema, o sea Î), a su vez existe la nasalización de las vocales.
Los guaraníes cosechaban variedad de plantas, siendo la más importante, el maíz, también cultivaban mandiocas, batatas, zapallos, porotos, maníes, ananás y papayas, bananas y probablemente, sandías y cañas de azúcar. Además, cultivaban otros vegetales, pero no para consumo propio sino porque les eran útiles para otras cosas, como el algodón que lo usaban para tejer.
Además de lo que conseguían con sus cultivos, sacaban otros alimentos de la selva, como frutos silvestres, palmitos, semillas, huevos de ave, miel de avispas y algunos insectos, que los comían fritos, y entre las plantas más importantes estaba la yerba mate.
Los guaraníes fueron los inventores de la costumbre de tomar mate, que pasó a otra gente de la Argentina. También comían pecaríes, tapires, carpinchos, nutrias, osos hormigueros, comadrejas, coatíes, ciervos, tortugas, iguanas, yacarés y un montón de aves, que conseguían cazando. Y peces como bagres, anguilas, pirañas y tarariras, que conseguían pescando.
Los guaranies eran monoteístas y su dios era Tubá, creador de todo lo que existía, pero a su vez fueron animistas, es decir, que el mundo de los vivos estaba rodeado por espíritus buenos o malos que aparecían bajo formas humanas o animales.
Chaman o sacerdote, dotado de poderes sobrenaturales, que tiene el poder de hacer llover, adivino, profeta, hechicero, sabio, médico, jefe espiritual de la comunidad y director de danzas y ceremonias, su poder es muy grande, entra en comunicación con los espíritus buenos y malos y defiende a su comunidad contra aquellos que son malos, todavía, hoy en día las tribus amazónicas siguen considerando al chamán como una fuente de respeto y poder.
Los cadáveres eran depositados en grandes tinajas de barro; luego se les colocaba sus efectos personales y al final la cerraban con un plato y enterraban la urna.
La religión de los guaranies actuales puede ser descripta como inspiración sacra mentalizada en el canto y la danza dirigida por el cacique o líder, todavía perdura entre algunas personas, es muy elaborada y se basa en una cantidad de mitos, que muchos se transmiten en forma de cantos sagrados. Cuentan la historia de la creación de la Tierra; el origen de los animales, las plantas, los hombres, la organización social, y las andanzas de los dioses.
Los guaranies creen en un dios creador, que su nombre varia en los grupos, que inventó el lenguaje humano, hizo la Tierra y dio vida a cuatro dioses principales que completarían su creación, el fuego, el de la primavera y el rocío, el del sol y el trueno y las lluvias, cada uno con su mujer. Creen también un paraíso y una Tierra sin maldad, un lugar donde no hay enfermedad, la muerte ni el sufrimiento. Tienen variedad de bailes y canciones religiosas para dirigirse a los dioses, y rezos individuales que hacen quienes buscan la perfección del alma., además, creen en la vida después de la muerte, por ello proveen al muerto de lo que necesitaría en la otra vida.
Culto a los muertos: para los guaranies el espíritu de los muertos y de los héroes míticos están siempre presentes en el seno de la comunidad, de forma simbólicamente y habitando en los adornos que los representan; habiendo una relaciones muy estrechas y continuas entre la comunidad de los vivos y la de los muertos, que se manifiesta en la ayuda mutua, los muertos los proveen de alimentos, les enviaban la lluvia, velan por su bienestar y los estimulaban en la guerra, en cambio éstos, aparte de los ritos, ofrendas y vengar a los muertos en honor a ellos celebraban una gran fiesta anual.
Utilizan técnicas agrícolas para, el cultivos en medianas y pequeñas parcelas aptas para la producción del consumo personal, los terrenos se limpian, si hacía se requería, con el uso del fuego, y se preparan para plantar las semillas; quedando aptos para el uso por varios años, dependiendo del tipo y de las plantas cultivadas, tras lo cual posteriormente se dejan «reposar» hasta estar preparados para su nuevo uso, encontrándose en condiciones ideales, a un kilómetro de la residencia de la unidad de trabajo y producción, la familia. Poseen una taxonomía botánica refinada, que le permite obtener óptimos resultados en el campo agrícola en la relación coste-beneficio y en la gestión de suelos y poli-cultivos.
Las eventuales colaboraciones en actividades económicas y productivas se producen mediante las relaciones de parentesco, que implican determinadas obligaciones, aunque conservan libertad para buscarse otros grupos con los cuales instaurar relaciones de reciprocidad. Así, para determinados trabajos en los cuales el núcleo familiar necesita ayuda, como la cosecha estacional o la preparación de nuevos campos, se llamará a cooperar a parientes y vecinos, a los cuales se les servirá comida y, al final del trabajo, una fiesta a base de bebidas fermentadas, comida, cantos y danzas.
La pesca y la caza son actividades muy importantes, pero no con el peso que solían tener en el paso, desde el punto de vista económico, sino más bien desde la perspectiva de la formación personal, del recreo y del control del territorio. Se practica la caza con fusil, arco y honda, mediante el desplazamiento a lo largo de grandes distancias, o el uso de trampas, puestas especialmente alrededor de los cultivos, estás técnicas comprenden el arpón y la caña para la pesca individual, o el uso de redes y de una raíz con propiedades para aturdir a los peces, el Timbóu, en caso de pesca en grupo.
Los Guaraníes habitan actualmente, al igual que lo hacian en el pasado, el territorio que corresponde al suroeste de Brasil, noreste de Argentina, Paraguay, parte de Bolivia y parte de Uruguay.
En el pasado su subdivision de acuerdo al territorio que ocupagan era la siguiente:
Guaraníes de las islas o Chandules: se establecieron en las islas del Delta del río Paraná y en ambas costas.
Guaraníes del Carcarañá: en la actual provincia de Santa Fe, en la desembocadura del río Carcarañá.
Guaraníes de Santa Ana: los denominaron así los españoles por hallarlos en la región llamada Santa Ana, en el norte de la actual Corrientes.
Cáingang o Cainguás: del interior de la provincia de Misiones, Corrientes y Entre Ríos; y en Uruguay hasta la altura de la actual ciudad de Concordia.
Los Chiriguanos: se afincaron en el Chaco salteño y en el territorio boliviano.
Vivían en aldeas, en tribus que ocupaban en los claros de la selva, las familias vivían en casas comunales que tenían su jefe , este tenía su aposento en el centro de la cabaña, que era larga hasta 60 metros, de una sola pieza donde cabían de 60 hasta 120 personas, los jefes de las casa comunales formaban el consejo de jefes, en el que eran tratados y resueltos los principales problemas de la comunidad, la aldea estaba dirigida por un jefe político llamado Mburubichá, y un jefe religioso llamado Shaman , la familia y el matrimonio constituían el núcleo básico de la sociedad.
Los Guaraníes habitan actualmente, al igual que lo hacian en el pasado, el terristorio que corresponde al suroeste de Brasil, noreste de Argentina, Paraguay, parte de Bolivia y parte de Uruguay.
En el pasado su subdivision de acuerdo al territorio que ocupagan era la siguiente:
Guaraníes de las islas o Chandules: se establecieron en las islas del Delta del río Paraná y en ambas costas.
Guaraníes del Carcarañá: en la actual provincia de Santa Fe, en la desembocadura del río Carcarañá.
Guaraníes de Santa Ana: los denominaron así los españoles por hallarlos en la región llamada Santa Ana, en el norte de la actual Corrientes.
Cáingang o Cainguás: del interior de la provincia de Misiones, Corrientes y Entre Ríos; y en Uruguay hasta la altura de la actual ciudad de Concordia.
Los Chiriguanos: se afincaron en el Chaco salteño y en el territorio boliviano.
Hoy en día, las mujeres aborígenes aun conservan la tradición, y confeccionan ponchos, mantas, tejidos en general con sus telares, en el noroeste y sur argentino.
Los hombres se dedican a la alfarería en la zona del noroeste y cestería en la mesopotámia en su mayoría.
Las fibras extraídas de las hojas del cocotero, eran torcidas sobre los muslos desnudos para convertirlas en sogas, hilos y piolines. Las raíces de karaguata (cardón), eran utilizadas en múltiples usos, hasta para confeccionar tejidos. Las hojas del yvíra (cardo sin espinas), les sirvieron para atar, hacer bolsos, redes y hamacas. Del piri (junco) y de totoras hicieron cortinas, esteras, alfombras y otros enseres. Las tiras extraídas de la raíz del guembepi, se usaban para hacer esterillas, redes, gruesas cuerdas, aplicaciones ornamentales de otros trabajos y para confeccionar yrupê (cedazo), u otros. El mandyju (algodón), proveía los más finos hilados. Aunque su cultivo, como el del tabaco, no se efectuaba en grandes escalas, la producción cubría sus necesidades. La tacuara, en sus distintos tipos, fueron ideales para la cestería. Las hojas de karanda´i (variedad de palmera), resistentes y durables, se utilizaron en diversos usos.
Confeccionaron hamaca, cordones, mantas, bolsos, cintas, vestiduras, cuerdas para transportar bultos o cruzar ríos. Fabricaron canoas, arcos, flechas, lanzas, macanas y cuantos elementos necesitaran para el descanso, la defensa, el transporte, las comodidades del hogar y adornos. Las hamacas, de diversas fibras, presentaban varios tipos de trama en su tejido, y borlas que adornaban sus costados.
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