La flor de ceibo, también conocida como seibo, seíbo o bucaré, fue declarada la flor nacional de Argentina en 1942, pero no comenzó a celebrar el Día Nacional hasta el 22 de noviembre de 2008. Ceibo es un árbol nativo de America, especialmente Argentina (áreas costeras), Uruguay (también una flor nacional), Brasil y Paraguay.
Crece en las orillas de Paraná y Río de la Plata, pero también se puede encontrar en áreas cercanas a ríos, lagos y pantanos. Su madera blanca, amarilla clara y muy suave se utilizan para hacer algunos artículos de peso reducido. Sus flores se utilizan para teñir telas.
Tradición oral
Según cuenta la leyenda, la flor del ceibo nació cuando la indiecita Anahí fue condenada a morir, tras participar en un combate entre su tribu guaraní y el ejército invasor.
Antes de eso, cantaba alegremente en la jungla, la voz era tan dulce que se decía que el pájaro callaban para escuchar su voz, pero un día, los disparos sonaron en la jungla, se decía que Anahí iba lado a lado como un hombre, pero finalmente fue atrapada y sentenciada a muerte.
Los soldados la ataron a un trozo de madera y apilaron paja seca y ramas en sus pies. Después de un rato, la bengala roja iluminó el árbol y a la niña. Para sorpresa de los espectadores en el acto, Anahi de repente comenzó a cantar. Fue como una oración a su jungla, su tierra, le entregó su corazón antes de morir.
Su voz tembló toda la noche, y la luz del nuevo día pareció responder a su llamado: el fuego estaba ardiendo, y los soldados se sorprendieron al ver que el cuerpo oscuro de la niña se convertía en un ramo de flores rojas, como llamas, que la mataron, hermosas como ella misma no había sido nunca. Así nació el ceibo, la flor rubí que ilumina los montes del litoral y que encarna el alma pura y altiva del indígena, que fue declarada Flor Nacional Argentina, por Decreto 138.474 del 23 de diciembre del año 1942.