Líderes indiscutidos de Latinoamérica y con un nivel propia de las mejores barras del mundo, la coctelería de Buenos Aires es un atractivo per sé. Los cócteles porteños son reconocidos y aclamados por propios y ajenos: hoy el público extranjero sabe dónde encontrar buenos tragos y va a su encuentro.
La nueva generación de barmans de Buenos Aires ideó nuevos y deliciosos tragos pero, fundamentalmente, rescató clásicos y los potenció con nuevos ingredientes y mayor trabajo en su elaboración.
Un cóctel es una preparación a base de una mezcla de diferentes bebidas, que contiene por lo general dos o más tipos, aunque algunas de ellas pueden ser bebidas no alcohólicas, a base de ingredientes como jugos, frutas, miel, leche o crema, especias, etc. También son ingredientes comunes de los cócteles las bebidas carbonatadas o refrescos sin alcohol, la soda y el agua tónica. En el ámbito comercial, estas bebidas son servidas por personas llamadas barman (del inglés bartender).
Los cócteles se difundieron en Inglaterra y en los Estados Unidos, pero su gran popularización se produjo en los años 1920 en los Estados Unidos, pues al agregar fruta y una bebida no alcohólica a una bebida con alcohol, en alguna medida así se podía disimular el gusto al alcohol de contrabando de mala calidad.
En Buenos Aires, la cantidad de barras supera a ciudades de Latinoamérica como Lima o San Paulo e iguala en oferta y variedad a las grandes urbes como Nueva York, Berlín o Londres.
Tan sólo en la city porteña hay más de cien barras atendidas por apasionados bartenders que conocen su oficio y realizan sus preparaciones con materias primas de calidad.
Las camadas nuevas, las experimentadas y los profesionales volcados a este páramo de sensaciones es tan inabarcable como la cantidad de bares de Buenos Aires y las principales ciudades en donde no para de crecer la coctelería argentina. Aldo Echarri, Luis Miranda, Tato Giovanoni, Ana Varela, entre otros, son conocidos y amigos de sus pares en Londres, París y otras capitales del mundo. Son reconocidos y esta sensación global, cosmopolita, contemporánea, la ganaron los argentinos a fuerza de amor por lo que hacen.
Los porteños, muchos de ellos descendientes de italianos o españoles, han hecho propios muchos de los aperitivos del viejo continente como el Campari, el Aperol, el Fernet, el Cynar o el vermú Cinzano. Estas antiguas bebidas tradicionales se incorporaron a la escena coctelera porteña que cuenta en la actualidad con más de 60 barras y aunque muchas siguen las tendencias mundiales todas tienen su particular toque argentino. La nueva generación de barmans de Buenos Aires creó nuevos tragos y rescató los clásicos, como el Negroni, para potenciarlos con nuevos ingredientes y una mayor elaboración. Es así que la coctelería porteña se renueva constantemente a través de competencias, eventos, masterclass y nuevas barras que van apareciendo.
Si dicen que toda ley nace para quebrarse y la ley seca no fue la excepción. Esta polémica ley que empezó a regir en las primeras décadas del siglo XX, prohibía la fabricación y el consumo de alcohol en la cosmopolita ciudad de New York. Lo que dio surgimiento a una serie de bares clandestinos, llamados “speakeasy” o “bares a puertas cerradas”. Estos bares formaban una verdadera comunidad secreta. Para mantener el misterio, se utilizaban contraseñas o invitaciones que solo podían distribuir los clientes.
Generalmente estos bares, se escondían o se camuflaban bajo la fachada de otro negocio para funcionar lejos de los ojos de las autoridades. Pero al estar prohibida también la fabricación de alcohol, los bartenders tenían que ingeniárselas para preparar los mejores tragos intentando disimular el sabor de las pocas bebidas destiladas que se conseguían, que eran de baja calidad. Fue en esta época cuando nacieron los grandes cócteles, de los cuales muchos siguen vivos.
100 años después resurge la magia de la clandestinidad, y Buenos Aires ha sido una de las ciudades pioneras en revivir los speakeasy. Manteniendo el secreto pero complementándolo, ahora sí, con una excelente barra de tragos de autor de la más alta calidad. Estas son nuestras recomendaciones de los mejores bares speakeasy de Buenos Aires:
